julio 23, 2005

alucinaciones

El dolor del sol carcome ennegrecidas rozaduras de angustiosa espera,

elevación efímera en la alquimia de besar húmedamente tu espacio

o la enredadera de vértigo escapándose atropelladamente

por la lengua de perderte en la asfixia de mi sangre.

El silencio despunta lágrimas disipadas por un grito

que no deja de pertenecer,

giro la espalda, entorchando vértebras

de una guitarra imposiblemente acorde.

Se desclavan las paredes de los cuadros,

es así como tu fotografía me despedaza,

huyo de la oscuridad que cobija y

orado en amortajados aleteos la duda de tu espacio,

el inconcebible deseo de pensarme sombra,

la orilla de un ángulo

destripa taciturna las agrietadas calles sin memoria,

sueños más tarde me detiene un bostezo agigantado,

el abismo devora a intervalos la pesadez de los días...

vuelvo a ti.

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